Hoy, día de rescate. Un tuneo rapidito, para enfrentarme a otra jornada colmada de actividades de lo más variopintas, la vida de una creaturóloga es así, qué le vamos a hacer...? ;-)
Se trata de un viejo incensario de madera que tenía en el balcón y que a causa del sol y las inclemencias del tiempo, se había deteriorado. Nada que una buena mano de pintura no pudiera restaurar.
Después de secarse la pintura de fondo, vino la decoración en dorado. Lo hice lo mejor que pude con mi "pulso de cirujana" y sorteando las irregularidades de la madera. El resultado tiene imperfecciones y es muy artesanal, y eso es algo que para mi particularmente, tiene su encanto. Es mucho más bonito en persona que en la foto.
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